Entre las reinas de Castilla de origen inglés, la de mayor relevancia histórica es Catalina de Lancaster (1373-1418). Esta es a grandes rasgos su historia.
Enrique II, primer rey de la dinastía Trastámara, había llegado al trono de Castilla tras dar muerte a su hermanastro el rey Pedro I en la batalla de Montiel (1369).
Enrique II había recibido el apoyo de Francia, mientras que Pedro I lo había recibido de Inglaterra. Ambos países estaban enzarzados en la Guerra de los Cien Años y a los dos les interesaba contar con el apoyo de la flota castellana, que mantenía un floreciente comercio con Flandes.
Juan de Gante, I Duque de Lancaster, casado en segundas nupcias con Constanza de Castilla (hija de Pedro I), consideró que por su matrimonio tenía derecho a la corona castellana. Para conseguirla se enfrentó al hijo y sucesor de Enrique II, el rey Juan I de Castilla, aprovechando la aparente debilidad de éste tras su derrota ante los portugueses en la batalla de Aljubarrota (1385).
Sin embargo, el conflicto entre Juan de Gante y Juan I terminó en 1388 con el tratado de Bayona. De acuerdo con él, se casaron Catalina de Lancaster (hija de Juan de Gante y Constanza de Castilla), con Enrique, hijo aún menor de edad de Juan I y heredero del trono. Con este matrimonio se unían las ramas legítima y bastarda de la misma familia, ambas descendientes de Alfonso XI de Castilla, y la dinastía Trastámara quedaba legitimada.
También como consecuencia del tratado de Bayona, el futuro Enrique III y su esposa Catalina de Lancaster fueron los primeros herederos al trono de Castilla que recibieron el título de Príncipes de Asturias.
Juan I murió en 1390, cuando su hijo Enrique tenía sólo once años. Transcurrieron tres años caóticos en Castilla debidos a las luchas entre los nobles por aumentar sus parcelas de poder.
Enrique III fue declarado mayor de edad y accedió al trono en 1393. Los principales hechos de su reinado fueron:
- Pacificó a la nobleza y restauró el poder real, apoyándose en la pequeña nobleza.
- Derogó privilegios concedidos por sus predecesores a las Cortes de Castilla, impulsó la figura de los corregidores en las ciudades, y saneó la economía del reino.
- Disminuyó las persecuciones contra los judíos, promulgando varios edictos contra la violencia, que había sido muy grave en 1391.
- La flota castellana combatió con éxito a los piratas berberiscos y cristianos, en el Mediterráneo. También a los piratas y corsarios ingleses que hostigaban los puertos del Cantábrico y el comercio con Flandes. Una flota al mando de Pero Niño devastó la costa sur de Inglaterra y los puertos considerados refugio de piratas.
- Comenzó la colonización de las Islas Canarias, para la que envió en 1402 al explorador francés Jean de Béthencourt.
- Detuvo una invasión portuguesa, iniciada en 1396 con un ataque a Badajoz y finalizada con un acuerdo de tregua firmado con Juan I de Portugal en 1402.
- Reanudó la campaña contra el reino nazarí de Granada que no pudo completar, pese a haber obtenido una victoria en la batalla de Collejares (1406), porque poco después le sobrevino la muerte. Apenas contaba 27 años de edad.
- Con todo, uno de los hechos más conocidos de su reinado es probablemente el envío de la embajada a Samarkanda encabezada por Ruy González de Clavijo. De ella nos ha llegado el relato del viaje en un libro titulado, Embajada a Tamorlán.
La memoria de la embajada de Ruy González de Clavijo sigue muy viva en el actual Uzbekistán. El embajador castellano tiene dedicada una calle en Samarkanda. |
Catalina se hizo cargo, junto con su cuñado el infante Fernando, de la regencia del reino y convirtió en el objetivo de su vida asegurar la llegada al trono de su hijo.
Algunas discordias entre los dos regentes provocaron que se repartieran los territorios sobre los que gobernaban. Fernando fue elegido rey de Aragón en 1412 pero siguió como regente de Castilla. Falleció en 1416 y Catalina quedó como regente única.
Catalina consiguió mejorar las relaciones de Castilla con Inglaterra y Portugal, sin romper con Francia, tradicional aliada de los Trastámara. Los barcos castellanos podrían así comerciar con Inglaterra y Flandes sin sobresaltos. También contribuyó a la finalización del Cisma de Occidente al reconocer al Papa Martín V. En general, siempre abogó por soluciones pacíficas para los problemas a los que se enfrentó, cediendo en algunas de sus pretensiones cuando con ello se evitaban enfrentamientos mayores.
Catalina fue muy criticada por sus contemporáneos por rodearse de algunas mujeres a las que distinguió con su confianza y valorando sus opiniones sobre temas de gobierno.
Falleció en 1418, sólo unos meses antes de que su hijo Juan II alcanzara su mayoría de edad y el trono, que ocupó durante 25 años.
Catalina y Enrique están enterrados en la Capilla de los Reyes Nuevos de la Catedral de Toledo.
Se dice que Isabel La Católica, la más importante reina de la historia de España, hija de Juan II y nieta de Catalina, heredó de ésta buena parte de sus rasgos físicos y carácter.
Catedral de Toledo. En su interior se encuentran los sepulcros de Catalina de Lancaster y Enrique III |
Agradecemos a Alfredo Vílchez, Doctor en Historia, su revisión del texto original y su asesoramiento.
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