El navío de 70 cañones San Ignacio de Loyola, alias Glorioso, fue construido en el astillero de La Habana y entregado a la Real Armada a principios de 1741. Era un buque de excelente diseño, construido con maderas tropicales de gran calidad.
España e Inglaterra estaban en guerra desde 1739, en la denominada Guerra del Asiento, enfrentamiento que continuó en la Guerra de Sucesión de Austria, hasta 1748.
El 28 de mayo de 1747, el Glorioso al mando del capitán Don Pedro Messía de la Zerda partió en solitario de Veracruz hacia la península Ibérica con un cargamento cuyo valor declarado superaba los 4,5 millones de pesos, la mayor parte reales de a 8.
Los ingleses, alertados por su espionaje, intentaron por todos los medios apoderarse del cargamento.
En la madrugada del 25 de julio, un convoy británico compuesto por 13 mercantes y 4 buques de guerra de escolta avistó al Glorioso. La escolta le persiguió durante 40 horas y por fin, en la noche del 26 al 27 de julio sostuvieron un combate a unos 200 km al norte de la isla de Flores, en las Azores. El navío español se enfrentó al navío de línea HMS Warwick (60 cañones), a la fragata HMS Lark (40 cañones) y al paquebote Montagu (16 cañones), desarbolando a los dos primeros y continuando su viaje con algunos daños propios en casco y aparejo.
Unos días después, el 14 de agosto, los ingleses volvieron a localizar y atacar al Glorioso, esta vez cerca del cabo Finisterre. En este segundo combate participaron el navío de línea HMS Oxford (50 cañones), la fragata HMS Shoreham (24 cañones) y la balandra HMS Falcon (14 cañones). Fue un combate táctico, con muchas maniobras y pocas andanadas, en el que la audacia del capitán Messía de la Zerda logró que los ingleses, tras sufrir algunos daños menores, terminaran rehuyendo el combate.
El capitán español llevó a su navío a la cercana ría de Corcubión donde llegó el 16 de agosto. Consiguió desembarcar su valiosísima carga y trasladarla al interior, lejos del alcance de los ingleses. La vital misión del Glorioso se había completado con éxito.
Durante dos meses el navío permaneció en Corcubión, haciendo reparaciones con los repuestos que le enviaron desde el arsenal de La Graña. Por desgracia no recibió las municiones que también solicitó. El 11 de octubre partió por fin hacia Ferrol pero un fuerte vendaval le obligó a cambiar el rumbo y el capitán Messía de la Zerda decidió dirigirse a Cádiz, navegando lejos de las costas de Portugal para evitar encuentros con barcos ingleses.
Pero menos de una semana después, al amanecer del 17 de octubre, no lejos del cabo San Vicente, los vigías del Glorioso avistaron en el horizonte 10 buques, dos de los cuales, las fragatas corsarias King George (32 cañones) y Prince Frederick (aprox. 26 cañones), se dirigieron hacia el navío español con el que se enfrentaron al anochecer. La primera de las fragatas quedó totalmente desarbolada. El Glorioso rompió el contacto y siguió navegando hacia el sur perseguido por otros buques británicos.
El HMS Darmouth (50 cañones) consiguió alcanzar al Glorioso y al mediodía del 18 de octubre ambos barcos se enzarzaron en un duelo artillero de 3 horas. El inglés fue desarbolado y además la santabárbara alcanzada por un cañonazo. El navío británico estalló, muriendo en la explosión la mayoría de sus más de 300 tripulantes.
Los ingleses no cejaron en la persecución del Glorioso y hacia la media noche, el navío de línea HMS Russell (92 cañones) y las fragatas corsarias Prince Frederick (aprox. 26 cañones) y Prince George (aprox. 20 cañones) alcanzaron al navío español.
Se produjo entonces el último y definitivo duelo artillero con el Glorioso. Fue un combate nocturno que duró 9 horas, en el que el HMS Russell llevó el peso del ataque inglés resultando muy dañado y corriendo peligro de hundirse.
Pero el Glorioso, parcialmente desmantelado (había perdido el palo mayor), se quedó sin munición. Ante la imposibilidad de continuar la defensa, el capitán Messía de la Zerda decidió rendir su barco al HMS Russell.
El Glorioso se había enfrentado en solitario en 5 combates a un total de 4 navíos de línea, 6 fragatas y 2 bergantines. Hundió al navío HMS Darmouth y desarboló o causó graves daños a los navíos HMS Warwick y HMS Russell, y a las fragatas HMS Lark y King George.
Los españoles tuvieron en total 43 muertos, pero causaron a los ingleses 433.
El maltrecho Glorioso y su tripulación fueron llevados a Lisboa, donde llegaron el 31 de octubre. Allí los tripulantes fueron entregados al embajador español y liberados.
Pedro Messía de la Zerda, que había sido ascendido a jefe de escuadra mientras se encontraba en Corcubión, llegaría a alcanzar el grado de teniente general de la Real Armada y a ser virrey de Nueva Granada.
El San Ignacio de Loyola, alias Glorioso, fue reparado en Lisboa y llevado con tripulación inglesa a Portsmouth, donde permaneció atracado más de un año. Fue subastado pero no volvió a navegar. Se le desguazó y las valiosas maderas con las que estaba construido se cree que fueron utilizadas para hacer muebles de lujo.
Agradecimientos
Damos las gracias por la revisión del texto al Capitán Agustín Pacheco Fernández, autor del libro El “Glorioso”.
El Glorioso fondeado en Cádiz (1746). Lámina de Carlos Parrilla |
El Glorioso. Agustín Pacheco Fernández. Galland Books. 2015
Wikipedia. Voyage of the Glorioso (Inglés)
Wikipedia. Carrera del Glorioso (Español)
One Magazine. Las hazañas navales del navío 'El Glorioso'
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