viernes, 13 de enero de 2012

La Edad Media en Murcia. El dominio musulmán

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Los musulmanes ejercieron el poder político en la Región de Murcia durante 530 años. Este largo periodo comenzó en el año 713, con la firma del tratado que dio origen al reino vasallo del conde visigodo Teodomiro (Tudmir, en árabe). Acabó en el año 1243, cuando el reino taifa de Murcia se convirtió en un protectorado del reino de Castilla.

La historia de este medio milenio largo en Murcia se puede estructurar en las siguientes etapas:
  • 713-779 (aprox.) Reino de Tudmir
  • 756-929 Emirato independiente
  • 929-1031 Califato de Córdoba
  • 1012-1091 Primeras taifas
  • 1091-1147 Dominio almorávide
  • 1147-1172 Segunda taifa (reinado de Ibn Mardanis, el Rey Lobo)
  • 1172-1228 Dominio almohade
  • 1228-1243 Tercera taifa (reinado de Ibn Hud)
  • 1243-1266 Protectorado castellano, revueltas mudéjares (1264), conquista definitiva (1266) e integración en la corona de Castilla.
La etapa del reino de Tudmir mantuvo a Murcia en relativa paz y prosperidad, al margen  de la agitada historia del resto de Al-Ándalus (la península ibérica musulmana).

Su desaparición hacia el año 779 sí vino acompañada de largos conflictos civiles, principalmente entre los habitantes de ascendencia yemení y los de etnia mudarí, de origen árabe. La base de la población la constituían los muladíes,  los habitantes hispano-romano-visigodos convertidos al Islam.

Estos conflictos entre la aristocracia musulmana, ya fuera de origen árabe, sirio o yemení, los bereberes y los muladíes fueron muy frecuentes en el emirato independiente de Damasco fundado por el omeya Abderramán I (756-788) en el año 756. La capital del emirato estaba en Córdoba.

Como consecuencia de las revueltas en la kora (provincia) de Tudmir y para controlarla mejor, el emir Abderramán II (822-852) decidió en el año 825 construir una nueva capital de la provincia, Mursiya, la actual ciudad de Murcia.

Alrededor de un siglo más tarde, en el año 929, el emir Abderramán III (929-961) se proclamó califa. Así rompía los últimos lazos espirituales que unían a Al-Ándalus con el califato de Bagdad y daba lugar al califato de Córdoba.

Durante un periodo de apenas cien años, pero de imperecedera memoria, brillaron la economía, el comercio, el pensamiento y la cultura y el poder militar. Córdoba se convirtió en la mayor ciudad del occidente europeo, siendo su esplendor comparable sólo al de Bizancio, que en aquella época comenzaba una segunda edad de oro.

La actual Región de Murcia se vio muy beneficiada por las obras hidráulicas para el regadío y almacenamiento de agua realizadas por los musulmanes. Con ellas se  desarrolló la agricultura y la ganadería. Cartagena, destruida por el rey visigodo Suintila cuando expulsó a los bizantinos, fue reconstruida y el comercio y la industria (por ejemplo, de la seda) se desarrollaron también.  Mursiya comenzó por fin a prosperar y se convirtió en una importante ciudad del Califato.

En la comarca de Sucina, numerosos restos arqueológicos de esta época descubiertos y excavados demuestran la existencia de muchas alquerías, a menudo herederas de otras de origen romano. Se encontraban en general dispersas, salpicadas por todo el paisaje.

El califato de Córdoba hacia el año 1000
En el año 1002 murió Almanzor, tras ejercer durante cerca de 30 años un poder dictatorial en nombre del califa Hixen II (976-1009). Almanzor, brillante militar, había derrotado en repetidas ocasiones a los reinos cristianos del norte, que le temían. Político enérgico y sin escrúpulos, fue capaz de controlar las fuerzas disgregadoras existentes desde siempre en Al-Andalus. Tras su muerte, el poder de Córdoba comenzó su decadencia y volvieron las guerras civiles. Numerosas regiones se separaron formando reinos musulmanes independientes, políticamente inestables y a menudo enfrentados entre sí. Fueron los llamados primeros reinos de taifas.

El califato no desaparecería definitivamente hasta el año 1034, pero ya en el 1012 la actual Región de Murcia se hallaba dividida entre tres reinos distintos, Denia, Murcia y Almería, de desigual duración y fronteras rápidamente cambiantes. De hecho, la taifa de Murcia sólo fue realmente independiente muy avanzado el siglo XI y durante poco tiempo.

Mapa político de la península ibérica y las islas Baleares en 1037 mostrando las taifas y los estados cristianos
Esta situación de guerra civil sólo beneficiaba a los reinos cristianos que comenzaron a avanzar hacia el sur y a participar en los conflictos de los musulmanes. Apoyaban a quien más convenía a sus intereses en cada momento, fomentando nuevos conflictos y cobrando por sus servicios.

El rey de Castilla y León Alfonso VI (1072-1109) se apoderó en 1085 de Toledo, capital de una de las taifas más poderosas, y antigua capital del reino visigodo. García Jiménez, un caballero al servicio de Alfonso VI, se apoderó en 1086 de la estratégica fortaleza de Aledo, al suroeste de la actual región de Murcia. Desde allí obstaculizaban el comercio y las comunicaciones entre Levante y la Alta Andalucía a través del valle del Guadalentín.

Parecía que el poder musulmán se derrumbaba y que desaparecería con rapidez de la península ibérica. A la vista de la desesperada situación, el rey de la taifa de Sevilla pidió ayuda a la nueva fuerza emergente en el norte de África, un pueblo de etnia bereber conocido como los almorávides.

Los almorávides cruzaron en el año 1086 el estrecho de Gibraltar en apoyo de sus correligionarios y derrotaron a Alfonso VI en las batallas de Sagrajas (1086), Consuegra y Uclés. Aledo fue abandonada por los castellanos en 1092, tras resistir tres asedios. Los almorávides consiguieron unificar las taifas y la España musulmana quedó bajo su exclusivo poder. En pocos años la situación había dado un vuelco completo.

Sólo resistió durante algunos años Valencia donde el Cid, otro caballero castellano, consiguió apoderarse de esta taifa en el año 1094. El Cid murió en 1099 pero Jimena, su viuda, mantuvo el enclave en manos cristianas hasta 1102 cuando, ante la dificultad de continuar la defensa, se decidió abandonarla.

El imperio almorávide hacia 1100
El dominio almorávide se prolongó algo más de medio siglo. Durante este periodo, su intransigencia religiosa les fue granjeando la enemistad de buena parte de la población. Los almorávides tuvieron que enfrentarse en el norte a la presión cristiana y en el sur, en sus dominios africanos, a la de un nuevo grupo, los almohades. Se empezaron a producir rebeliones por todo Al-Ándalus y el poder almorávide se desintegró en los segundos reinos de taifas.

Para 1145 los almohades cruzaron a su vez a la península y se dedicaron a conquistar las taifas, la mayor parte de las cuales había sucumbido diez años después, en 1155.

La resistencia anti-almohade la lideró la taifa de Murcia que se había constituido en 1147. Su rey, Ibn Mardanis (1147-1171), llamado el Rey Lobo en las crónicas cristianas, era un almorávide. Apoyado por los castellanos, a lo largo de su reinado de un cuarto de siglo, llegó a dominar buena parte de Al-Ándalus. Sus éxitos militares fueron acompañados de éxitos económicos y Murcia se convirtió en la principal ciudad musulmana de la península ibérica. Su prosperidad se basó en la agricultura, para la que se desarrollaron nuevas infraestructuras hidráulicas, y en algunas industrias como la cerámica, que exportaban a toda Europa.

Pero a la larga Ibn Mardanis no pudo impedir que los almohades terminaran apoderándose de la mayor parte de su reino. El Rey Lobo murió en 1171, mientras Murcia se encontraba sitiada por tercera vez. Su sucesor en el trono pactó en 1172 la entrega de la ciudad y la integración de los restos de la taifa en el imperio almohade.

Una vez reunificado Al-Ándalus, los almohades pudieron dedicarse a los reinos cristianos. El rey castellano Alfonso VIII sufrió una grave derrota en la batalla de Alarcos (1195). Los almohades se habían convertido en una amenaza mayor que la que en su día supusieron los almorávides.

El imperio almohade hacia 1200
Al cabo de unos años los cristianos lograron organizar una cruzada en la que participaron castellanos, navarros, aragoneses, catalanes, portugueses y algunos extranjeros. El 16 de julio de 1212 los almohades sufrieron una trascendental derrota ante el ejército comandado por Alfonso VIII en la batalla de las Navas de Tolosa.

Aunque aún mantuvieron su poder algunos años, quedaron tan debilitados que pronto y por tercera vez sus dominios andaluces estallaron en nuevos reinos de taifas.

La tercera taifa de Murcia surgió en 1228, cuando Ibn Hud (1228-1237), que se había rebelado contra los ocupantes almohades, consiguió ocupar la ciudad. Al igual que le había ocurrido menos de un siglo antes a Ibn Mardanis, Ibn Hud logró extender su reino por buena parte de Andalucía, con el apoyo de Castilla, con quién tenía de facto una relación de vasallaje. Pero sus éxitos fueron más efímeros.

Los castellanos y leoneses, definitivamente unificados bajo el cetro de Fernando III el Santo, entraron en tromba en Andalucía. La reconquista cristiana de Córdoba (1236), en poder de Ibn Hud, marcó el comienzo de rebeliones por doquier. Ibn Hud terminó siendo asesinado en 1237.

Los sucesores de Ibn Hud pactaron en 1243 con Fernando III aceptar formalmente el vasallaje a Castilla. Los murcianos conseguían así defenderse de la presión de aragoneses por el norte y de granadinos por el sur. Los castellano-leoneses lograban una salida al mar Mediterráneo.

La ocupación, incluida la conquista de las localidades rebeldes de Lorca y Mula, la llevó a cabo en 1244 el heredero del trono, el futuro Alfonso X el Sabio.

La plena integración del reino de Murcia en la corona de Castilla sólo se produjo veinte años después, tras sofocarse una revuelta de los mudéjares (musulmanes que habitaban en los reinos cristianos) en 1264. La conquista definitiva de la región, que por el norte se extendía hasta la actual ciudad de Alicante, concluyó en 1266, gracias al apoyo del rey Jaime I de Aragón, que era suegro de Alfonso X.

La península ibérica hacia 1250
Enlaces relacionados
Atlas Histórico Digital de la Región de Murcia
Región de Murcia Digital. Historia de la Región de Murcia. Edad Media
Wikipedia (Ediciones española e inglesa)  
La Alta Edad Media en Murcia. Visigodos y bizantinos
La Alta Edad Media en Murcia. El reino de Teodomiro

Agradecimientos
Jenny Gómez, por la corrección de la traducción al inglés.
Alfredo Vílchez, Doctor en Historia, por la revisión del texto.
Paco Moreno, por el texto original.

Todas las imágenes extraídas de Wikipedia y GeaCron.

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